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Escuchar tu alma

No me basta tu mirada.
Aunque que consuman mi aliento,
no son tus ojos lo que quiero abrazar,
sino la imposibilidad del silencio
que nunca dejas escapar.

No me basta tu boca,
porque no me es suficiente
imaginar que bebes de la misma copa
en la que me tomo el deseo de atraparte
en una jaula de viento y libertad.

No me bastan tus manos,
ellas sólo me señalan
el camino que no debo tomar,
ese que me conduce
justo a donde tú estás.

No me bastan tus palabras
porque nada me dicen
de lo que tu sonrisa esconde,
no me cuentan lo que pasa cuando callas,
ni lo que piensas cuando simplemente me hablas.

No me basta tu mirada…
porque lo que quiero es beberme
el sonido de tu alma.

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El vapor en la ventana trae al ambiente memorias de un invierno extenso y crudo, de sonidos que nunca han dejado de escucharse, de rostros que en el pasado parecían fotos auténticas… almas que atravesaron la pared de la mentira, almas desgarradas que pintaron flores en los atardeceres de este lugar.

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¿Vivir?

Ciertos días, la vida va muy de prisa,
se torna imperceptible,
toma la forma de un suspiro temeroso.

Vivir es, a veces, un verbo que se conjuga
con resignación y deberes mal cumplidos,
es un futuro que no llega a los lugares de siempre.

Morir es, en aquellos días, un evento trágico
que ya le ha sucedido a la pasión,
es el consecuente desenlace de una agonía
que comenzó cuando el alma se enfermó de tedio.

Ciertos días, la vida va tan rápido
que queda en el aire la sensación de que
no hay historias que valga la pena narrar…

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¿Por qué un
“no sé qué quiero”
se convierte tan pronto
en un “ya sé” cuando
veo tus ojos y tus labios
y te escucho hablar?

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Hoy como nunca antes,
hoy como siempre después,
una pregunta sin respuesta
es lo único que ronda
en mi vacío interior...

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Muchas veces
me has dicho que eres como yo,
pero ahora pienso que
eso no es cierto,
no eres como soy, más bien,
eres lo que quisiera ser,
lo que tantas veces no alcanzo,
lo que me cuesta decir,
lo que he sentido sin sentir…

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Univeros paralelos

Ahora que comprendo un poco la teoría de los universos paralelos, lucho menos contra la corriente, ya que tengo la certeza de que en otra de esas infinitas posibilidades de realidad nuestra historia existe y no es sólo producto de mi imaginación. Eso significa que hay otro universo en el que ya no eres mi fantasía sino una gran parte de mi vida, vas conmigo a los mismos lugares y hasta tomamos del mismo café.

No obstante, si todo ha sido posible en nuestra vida y en nuestras propias historias, hay otros millones de mundos en los que tú ni siquiera naciste y yo jamás te conocí. Esa posibilidad es realmente inquietante, pero me gusta mucho más, ya que si no existes, mi pensamiento puede estar enfocado en cosas menos inútiles y más gratificantes que la cruel idea saber que en este universo nunca te tendré.

...

Llueve

Hoy es otro día de lluvia, la tormenta amenazó con llevarse el medio día y la noche tuvo que huir de los rayos para no empezar su jornada antes de tiempo. Las nubes compraron un terreno en nuestro cielo y ni siquiera el sol tímido del final de la tarde logró persuadirlas de abandonar por unas horas su posición amenazadora.

Llueve como nunca, el agua parece estar tomando el lugar del oxígeno, y muchas personas empapadas han empezado a sentir que su pasión por la vida ya corre peligro de ahogarse. Los límites de las calles han comenzado a borrarse y el agua furiosa corre desde arriba, desde adentro, desde el corazón mismo de tantos seres inconformes.

Hay más sombrillas en las calles, en las casas, en las oficinas y en las almas. Muchas de ellas se han roto y ya no alcanzan para cubrir tantas caras de frustración. No existen siquiera reflejos de esa alegría que tantos proclamaban en los últimos días del verano. Muchos empiezan por fin a entender que lo que hace más crudo el invierno no son las nubes sino su odio absurdo hacia él. Otros prefieren quedarse sufriendo y siguen diciendo que estarán muertos hasta el día en que vuelva a brillar el sol.

El invierno ha dejado de ser una estación y se ha convertido en una parte inmensa de cada día, veremos el final de muchos respiros y el ocaso de muchas motivaciones mal construidas, antes de ver el final de la lluvia.

Hemos de aprender a vivir el invierno sin odiarlo, hemos de atravesar los mares de las calles sin que se mojen nuestras ganas de vivir, hemos de contemplar las nubes que lloran sin tener deseos iracundos de callar su llanto. Algún día, sin darnos cuenta, nos llegará desde adentro un rayo de sol, más brillante que el de los días de verano. Seremos por fin capaces de comprender que cada gota de agua es una oportunidad que nos da el planeta para aprender a contemplar la vida con un poco más de profundidad y silencio.

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Si te fueras...

Ahora entiendo que no sería difícil separarme de ti, ni dejar de hablarte… lo difícil sería hablar, pensar, caminar, escuchar música, escribir, dormir y muchas otras cosas, sin que tú aparecieras, ya no convertida en recuerdo, sino en forma de deseo, pidiéndome a cada instante un espacio entre mi pasado y mi futuro… lo difícil sería lavar de mi espíritu esa imagen tuya que a veces es como un millón de sonidos etéreos y a veces como una palabra sin voz que se escucha con los ojos y con el tacto…

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Ángel

A veces el viento helado
me atrapa en sus minutos
como el silencio a un templo
lejano,

a veces la niebla del amanecer
me recuerda que estoy vivo
como un grito en el vacío,

a veces presiento
la presencia de un ángel
que toma la forma tuya,
que respira tus palabras,
que dibuja en mis recuerdos
como mis manos en tu rostro.

A veces me resultas tan inexplicable,
tan familiar, tan eterna, tan celeste…

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Usa mi silencio
cuando quieras callar,
cuando ya no puedas
gritar o asesinar
tantas palabras incomprendidas.

Usa mi locura
cuando quieras alucinar,
cuando tus pensamientos sean
tan extraños como los secretos
que sólo conocemos tú y yo.

Usa mis manos
cuando la lluvia se te escape,
cuando el viento se torne
más intangible y efímero.

Usa mis miedos
cuando vencer los tuyos
no baste para mostrar
lo infinito de tu poder.

Usa mis ojos
cuando no puedas llorar,
cuando no quieras desgastar
tu aire en tormentas indeseables.

Usa mi voz
cuando quieras gritar,
cuando te cueste decir
lo que nadie más entenderá.

Usa mis pies
cuando quieras huir,
ascender, o simplemente
caminar con la mirada baja.

Usa mis deseos de explotar,
usa mis sueños, mis dolores,
mis nubes, mis inviernos
y mis otoños…

Usa de mí todo lo que requieras,
todo lo que tu alma reclame,
todo lo que tu imaginación inquieta
no aún no alcanza a fabricar.


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El antídoto

Me conviene más no interpretarte,
no tratar de entender lo que dice tu mirada,
no leer entre líneas cuando me hablas,
ni buscar explicaciones intrépidas para tu palabras.

Me conviene dejar de imaginarte
cuando estás lejos de mí,
dejar de analizarte cuando te tengo en frente,
dejar de sacar tantas conclusiones
que nunca me llevan a ningún lugar.

Me conviene que desaparezcas,
pero mejor si primero te vas de mi mente,
si te haces a un lado cuando siento
estos intensos deseos de atraparte,
si dejas de sonreír
cuando disfruto tanto que lo hagas.

Sólo quiero no creer que te puedo tener,
estar seguro de que te vas para siempre de mis deseos,
de que cada día que te vea
serás para mí una persona más
y que tu sonrisa dejará de ser ese toque poderoso
que acaba tan fácilmente con mi seguridad.

Me conviene más que dejes de ser tan real
y que me ayudes a NO pensar que tú también
estás enloqueciendo por mí.

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Invierno 2

Hoy ando por ahí tratando de imitar otros días,
voy a algunos lugares poco usuales para este presente,
sitios de algún pasado reciente y poco notable.
mientras camino pasan frente a mí
miles de cosas insignificantes
incapaces de despertarme la menor pasión,
recuerdos absolutamente insípidos
Y carentes de todo color o motivación.

Busco razones en los espacios de otros días,
busco espacios en las razones de casi siempre,
pero nada es menos opaco que el cielo de este invierno.

Hoy los gritos no se ven, los pensamientos no se oyen,
pero por alguna razón yo sólo quiero
escucharme, mirarme, encerrarme
y permanecer en mi cálido refugio de cada día,
inmerso en las suaves aguas de mi alma
y con una inusitada disposición
para cumplir con lo que debo hacer.

No quiero pensar, no quiero hacer el esfuerzo de imaginar
Aunque tal vez esto ya tenga demasiado de fantasía
Y por momentos se vuelva alucinación.

Hoy es un día extraño,
Y tal vez, al igual que ayer
Aún no termino de despertar…

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Gritos ahogados

Ayer éramos lentas palabras
esparcidas por el camino,
hoy somos partículas inmersas
en el aire huracanado.

Y por estas calles
de todos nuestros días
se pierden nuestras almas
en aullidos de dolores
entregados al recuerdo.

Atrapados en rostros anónimos,
lloramos y reímos
y las crudas multitudes
nos encierran en sus ojos,
nos desprecian, nos secuestran,
nos mienten y nos sepultan.

Y fundidos como voces heridas,
nos hundimos en fragmentos
de cristales rotos...

+

Sombra gaseosa

Hoy de nuevo
nos quitamos el rostro
y caminamos entre miedos
y calles humeantes
que nacen en la híbrida niebla
de sueños y silencios.

Hoy de nuevo
nos acercamos al fuego
de nuestro interior
y el calor de nuestros sueños
arde como el frío
de las cumbres eternas...

+

Los sonidos de esta noche
me hacen pensar
que el invierno nunca se ha ido
y que el verano de hace unos días
fue un intruso en este planeta de lluvia.

Un días más,
el agua inunda las calles
y las luces amarillas
se reflejan en al asfalto líquido,
las almas huyen de las calles
y el oscuro cielo multicolor
se hace imperceptible
entre gotas y aceras vacías.

En noches como ésta
oigo tantas voces difusas
que no logro comprender
cuáles vienen de la lluvia
y cuáles de mi propia inquietud,
veo tantas luces reflejadas en el agua,
que creo que mi mundo es el reflejo
de ese otro mundo
que está tan vivo bajo mis pies.

...