noviembre 21, 2009

Transcurso de vida

Suspendidos van los minutos,
volando sobre el aire inerte
de esta tarde húmeda.
Lento y fugitivo
el mundo se desplaza
en medio de la bruma
y el recuerdo del ruido.

El agua se ha evaporado
al igual que el brillo del sol,
las nubes se tropezaron
con árboles inmóviles
que se congelaron
por el efecto del humo sucio.

Miles de autos
y personas sin rostro
se deslizan inconcientes
por el curso del tiempo,
sueñan y se expanden,
se funden y se mezclan
en una amalgama
de incertidumbres
y de pasos muertos.
Me gusta estar en este lugar
cuando nadie más está en él.

Me gusta conversar con mi fantasma,
escuchar el viento que
a veces parece ser lo único real...

Un segundo

Me robaré un segundo
para detenerme y dar gracias,
para alabar la vida y respirar.
Ese mismo segundo
la vida misma me lo devolverá
multiplicado en otra ocasión.

Me robaré un segundo
para cortar una flor,
para entender su pensamiento
a través de su aroma,
para ver su espíritu
en el color de sus ALAS.

Me robaré un segundo
para dejar de pensar en el tiempo
y sentir más profundamente el amor,
para comprender con los ojos
cerrados la infinita belleza
que el universo ha puesto
en mis manos.

Me robaré un segundo
para volver a mirar la flor,
pero esta vez
mis ojos estarán fijos en ti,
respiraré su aroma en el tuyo,
tocaré los pétalos en tu rostro,
me beberé tu espíritu en una caricia,
y de nuevo le daré gracias
a la vida porque te tengo a mi lado.