agosto 13, 2012

Esclavos

Arrancar las horas de raíz,
condenar los minutos al exilio,
incinerar los segundos
en ardientes llamaradas
de viento y libertad.

Deshacer las esperas,
ahuyentar las impaciencias,
suprimir los calendarios
de historias y sucesos
que nacieron sin su afán.

¿Qué decir del tiempo?
Creación abstracta
de una mente que todo lo divide,
sustancia intangible
en cuyo flujo nos hacemos recuerdo.

¿Qué decir de los segundos?
Vibrantes palpitaciones de la vida
en un goteo perpetuo.
Cadencias intocables que precipitan
los respiros hacia su muerte.

Somos esclavos
de nuestra propia invención,
de nuestra obsesión inquieta
por dividir la existencia
y aligerar los latidos.

Perdemos vida
por pensar más en el tiempo
que en el momento,
por vivir de lejos el presente
y querer llegar antes al futuro.