El cielo se ha derretido,
sus lágrimas heladas
se precipitan a la tierra
por millones,
las nubes explotan,
su voz tenebrosa
cubre el mundo
en estruendos de luz.
Calles ahogadas,
ríos súbitos,
bruma cristalina
que desfigura
los alrededores
como las llamas
en la lejanía.
El agua ingrávida
atrapa sin piedad
cada respiro de árbol,
cada segundo de tierra.
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