Una vez más,
tengo que imaginar la música
y sumergirme con calma
en el silencio de mi propia
insatisfacción,
mientras aquí afuera
algunas voces fantasmas
se convierten
en espíritus indeseables
y en crudas tormentas vacías…
Una vez más,
me refugio en el café
y sorbo a sorbo
mis palabras ahogadas
agonizan en su color oscuro,
se mezclan con
sueños irrealizados
y se descomponen
como cartas secas sin leer…
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