Te invento
para poderte escribir,
tú no existes
pero tal vez es mejor así
porque sólo me inspiras
sin juzgar, sin medir,
sin analizar.
Tú me impulsas
como el viento,
como el vacío,
cómo la locura,
como el amanecer…
Te creo, te invento,
te creo lo que dices
y me refugio en ti,
en tu presencia perfecta,
que es como yo quiero
y se hace real cuando lo decido.
Eres la letra
y la razón de la letra…
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